Hogar CRECER: Dr. René Favaloro - 10 años de su muerte
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Cutral Có, Neuquén, Argentina

29.7.10

Dr. René Favaloro - 10 años de su muerte


“ Y pensar que fue maestro del by pass,
y murió de un disparo al corazón.”
Ataque77


René Jerónimo Favaloro nació en La Plata, el 12 de julio de 1923, hijo de un carpintero y de una modista. Vivió una infancia humilde en el barrio El Mondongo.

En los potreros aprendió a amar el fútbol, y se hizo hincha fanático de Gimnasia y Esgrima. Alumno estudioso, hizo de la autodisciplina una filosofía de vida.

En 1949 se graduó como médico en la Universidad Nacional de La Plata. Para él, la medicina era un apostolado, tal como la consideraban los maestros griegos. Desde que era estudiante había pensado ejercer su profesión en algún pueblo del interior.

En 1950 se radicó en Jacinto Aráuz, un perdido pueblito de La Pampa. Casado con María Antonia, su novia de la escuela secundaria, Favaloro pasó a ser en ese rincón pampeano el médico de todos.

Austero, vivió con su mujer en una vieja casa. En su libro “Recuerdos de un médico rural” cuenta: "En ella empezamos a organizar eso que llamamos clínica y que, en verdad, era sólo un centro asistencial adecuado a las necesidades de la zona".

Dos años después llegó su hermano, también médico, y con grandes sacrificios armaron una sala de cirugía.

Empecinados, trabajando más de 12 horas por día, los dos hermanos pudieron por fin comprar un equipo de rayos X. Escribía: "Todo lo que ganábamos lo invertíamos para agrandar y mejorar la clínica. Jamás compramos una sola hectárea de campo en Jacinto Aráuz."

En 1962 viajó a los Estados Unidos a la Cleveland Clinic, para especializarse en cirugía torácica y cardiovascular. Cinco años después, desarrolló con éxito la técnica para realizar el primer by-pass aorto coronario en el mundo.

En 1992, The New York Times lo consideró un "héroe mundial que cambió parte de la medicina moderna y revolucionó la medicina cardíaca".

El diario estadounidense no exageraba: Favaloro realizó 13.000 by-pass hasta sus 69 años.

Su paso por la célebre Cleveland Clinic, sus hallazgos científicos, le dieron un prestigio internacional que su modestia trataba de atenuar. Es larga la lista de distinciones internacionales que recibió. Pero la que más lo emocionó fue cuando en 1980 la Universidad de Tel Aviv lo designó Doctor Honoris Causa, y se creó la Cátedra de Cirugía Cardiovascular que lleva su nombre.

Regresó a la Argentina en 1971, con la determinación de ofrecer su prestigio y méritos en aras de lograr que la medicina estuviera al servicio de la gente.

Se hizo cargo del Departamento de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedades Torácicas y Cardiovasculares del Sanatorio Güemes.

Desde entonces su prestigio fue en aumento. Organizó la Fundación Favaloro, que ha realizado miles de trasplantes en el país.

No tuvo pelos en la lengua, denunció la corrupción de la dirigencia política y propugnó una medicina social al servicio del hombre. Le gustaba hablar sobre casi todos los temas, con palabras sencillas pero cargadas de crudeza lógica, que muchas veces provocaban rechazo en los sectores de poder.

Nunca dudó en dar a conocer nuevos conceptos, que no siempre caían bien en sus colegas, como el que tomar con moderación un poco de vino y unos tragos de whisky podrían prevenir la ateroesclerosis.


¿Conoce usted a San Martín?




Sus "pasatiempos preferidos" eran "la huerta y la indagación histórica, preferentemente argentina."

Sostenía que "a la tarea específica, por más intensa que sea, hay que agregarle algún pasatiempo para desconectarse de cuando en cuando y recuperar energías. Aunque parezca un contrasentido, cambiando el trabajo se produce la recuperación".

Dentro de sus lecturas ocupaba "un lugar preferencial el Gral. don José de San Martín, con quien durante largos años hemos estado dialogando a través de diversos libros, folletos y artículos. El análisis cuidadoso de su vida, a mi entender, demuestra que la gran mayoría de los argentinos no la conoce en profundidad..."

En agosto de 2009 salió la primera edición del ensayo "¿Conoce usted a San Martín?". En el capítulo XIII - "Su presencia actual", Favaloro dice:

"Y LLEGANDO AL FINAL, SEÑOR GENERAL LIBERTADOR, QUISIERA RECTIFICARLO, CANSADO DE TANTA INJUSTICIA USTED DIJO EL 28 DE FEBRERO DE 1823, EN ESE REGRESO TAN PENOSO: "EL NOMBRE DEL GENERAL SAN MARTÍN HA SIDO MÁS CONSIDERADO POR LOS ENEMIGOS DE LA INDEPENDENCIA QUE POR LOS MUCHOS AMERICANOS A QUIENES HE ARRANCADO LAS VILES CADENAS QUE ARRASTRABAN."

QUÉDESE USTED TRANQUILO, SEÑOR GENERAL LIBERTADOR, LE ESTAMOS PROFUNDAMENTE AGRADECIDOS PUES COINCIDIMOS: "LOS ANALES DEL MUNDO NO RECUERDAN REVOLUCIÓN MÁS SANTA EN SU FIN, MÁS NECESARIA A LOS HOMBRES, NI MÁS AUGUSTA POR LA REUNIÓN DE TANTAS VOLUNTADES Y BRAZOS." SERÁ COMPRENDIDO MEJOR CUANDO PROFUNDICEMOS NUESTRA EDUCACIÓN, POR LA QUE USTED TANTO HIZO."


Febrero 16 de 1986


"Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes. ¡SI RESURGIERA SAN MARTÍN CAPARÍA A LO PAISANO VARIAS GENERACIONES DE MANDANTES."

"Recuerdos de un médico rural" (Pág. 157)

René Favaloro, enero 26 de 1980





CARTA al Director del Diario "La Nación"

Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida. La Fundación tiene graves problemas económico-financieros. Se nos adeuda 18 millones de dólares y se hace cada vez más difícil sostener nuestro trabajo diario, que como siempre se brinda a toda la comunidad sin distinción de ninguna naturaleza, con tecnología de avanzada y personal altamente calificado.

Le envío una nota que destaca algunos hechos recientes; vea cómo se me trata en el mundo, en contraste con lo que sucede en mi país. Me refiero a aquellos vinculados al quehacer médico. La mayoría de las veces un empleado de muy baja categoría de una obra social -gubernamental o no- o de PAMI ni contesta mis llamados.

En este último tiempo me he transformado en un mendigo.
Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir con nuestra tarea.

Sólo quiero decir que el final se acerca de a poco. No es para que te asustes, pero todo está consumado, y siento que estoy solo en esta sociedad, realmente, de mierda.








Western – Attaque77
Letra  


CARTA DE DESPEDIDA
(29 de Julio de 2000 - 14,30 hs.)

Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa, en el Sanatorio Guemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.

Le dimos importancia también a la investigación clínica, en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo.

En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.

La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieren, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).

Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias, y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.

Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.

A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.
Este era nuestro único contacto.

A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero, con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado, y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.

Cuando entró en funciones, redacté los
10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.

La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados, hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles, sin límites de ninguna naturaleza).
Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos; como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.

¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!

Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.

Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.

Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).

Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más... No daríamos abasto para atender toda la demanda.

El que quiera negar que todo ésto es cierto que acepte que rija en la Argentina el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.

Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga). El médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.

Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que ¡Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el paciente es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, ¿usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe'. ¡El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!

Varios de esos pacientes han venido a mi consulta, no obstante las 'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.

Muchos de estos cardiólogos son de prestigio nacional e internacional. Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió cuando dí la de Paul D. White lecture en Dallas: decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, en mi país, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa.

La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalle los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía sino por los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter, eco, cámara y etc., etc.). Los cateterismos, las angioplastías, etc., etc., están incluidos.

No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y entregará el sobre correspondiente!.

La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar.

Es fácil decir 'no hay camas disponibles'. Nuestro juramento médico lo impide.

Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.

En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben.

Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.

Realicé gestiones en el BID, que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!): todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta.

¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?

Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta, tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.

La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic, le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar, ¡y le recordaba que Don Quijote era español!

Sin duda la lucha ha sido muy desigual.

El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.

Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al 'sistema'.

Sí al retorno, sí al ana-ana.

'Pondremos gente a organizar todo'. Hay 'especialistas' que saben cómo hacerlo. 'Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado'. 'Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación'

¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!

En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.

Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios a nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.

'¡La leyenda, la leyenda!'

Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.

Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.

Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata.

No puedo cambiar.

No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.

No se hable de debilidad o valentía.

El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable. Con ella me voy de la mano.

Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.

Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo que es cierto. Espero que me recuerden así.

En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.

En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.

A mi familia, en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.

Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa .

Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.

Un abrazo a todos
René Favaloro








16 comentarios:

Julia dijo...

Me encantó este blog!!! es muy bonito... y de Cutral Có!!! Felicitaciones me dejó una linda impresión. Gracias!!! Me llevo el link a mi blog, y los comparto en facebook. Un abrazo!!!

Hogar Crecer dijo...

Hola Julia!
Qué bueno que te haya gustado nuestro espacio.
Gracias a vos por visitarnos y por difundirlo también. Linda generosidad entre cutralquenses!

Besos!

Tropiezos y trapecios dijo...

Apenas me sonaba su nombre, pero me he leído su biografía con entusiasmo y admiración. Es una persona digna de todo el respeto del mundo, espero que su memoria siga viva siempre.

Un abrazo.

Ehse

Cooperadora Hogar Crecer dijo...

Hola Ehse,
qué hermosas palabras! y es verdad, el mundo le debe bastante al Dr. Favaloro. Qué bueno que así lo aprecien, lástima que los de su propio país tuvimos una gran deuda con él. Pero su muerte no fue en vano, logró su objetivo, que muchos se ocuparan de salvar a la Fundación Favaloro que realiza operaciones y transplantes de primer nivel y sin distinción.

Desde algún lugar dirá: ¡Misión cumplida!

Un abrazo y hasta cuando gusten!

Elisa dijo...

Qué homenaje, merecido...
Llego a tu blog desde los premios 20Blogs. Difícil elección
El mío es sobre viajes
Saludos cordiales
Elisa en Serendipity

Hogar Crecer dijo...

Hola Elisa,
nos alegra que compartas el homenaje al Dr. Favaloro, lo sentíamos un deber.

Es verdad que la elección de los blogs es difícil, pero si, finalmente, no nos acompañás con tu voto, igual nos complace que te hayas dispuesto a visitarnos. También conoceremos tu sitio.

Abrazos!

Seguridad Social dijo...

Ojala las cosas empiecen a cambiar pronto, porque si no, su lucha habra sido en bano y eso no puede ser.

Timoteo Estévez dijo...

Listo el voto es de ustedes, en la categoría Solidario, un abrazo!!!

Hogar Crecer dijo...

Gracias Timoteo! Muy amable de tu parte, esperamos poder retribuirte. ¡Suerte!

Un abrazo desde Argentina!

SE dijo...

Hay tantos grandes hombres que nos pasan desapercibidos. Yo no le conocía, pero leyendo tu entrada me marcho admirado de su valor :)

Hogar Crecer dijo...

Muy de acuerdo, nos pasan desapercibidos, pero hacen justicia reconocimientos como el tuyo.

Gracias por la visita y el comentario!

reparacion de pc dijo...

Que pèrdida tan dolorosa, dolorosos los motivos, doloroso es pensar lo que este hombre podría estar haciendo ahora, doloroso imaginar su sufrimiento.... todo....

Hogar Crecer dijo...

Coincidimos al pensar en "lo que este hombre podría estar haciendo ahora".
Es algo que nos quedará sin resolver y con mucho dolor.

Tanta grandeza como profesional y como persona no merecían ese final, lo único que podemos hacer ahora es recordarlo para que no se pierda su ejemplo.

Gracias por compartir esta admiración.

Abrazos!

software erp dijo...

Hermoso homenaje, y muy bien merecido, un grande!!!

Cooperadora Hogar Crecer dijo...

Software erp:

Gracias por detenerte a leerlo y por compartir que un grande como el Dr. Favaloro se merece siempre nuestro homenaje.

Abrazos!

muebles dijo...

las cambios se ase falta ya en este país