Es tan vieja como el hombre. Todos supimos, sabemos y, por suerte, sabremos de ella en algún momento de nuestra vida. Estoy hablando de la resiliencia, de esa capacidad humana para sobrellevar adversidades y hasta salir fortalecido de ellas.
El origen de este término, cada vez menos raro, está en la Física, en la Resistencia de Materiales. Justamente las ciencias duras estudian especialmente cómo los metales resisten a factores externos y tienden a volver a un punto cero. Así las Ciencias Humanas importaron este concepto para definir esas habilidades que algunos hombres mostraban naturalmente ante situaciones de riesgo o de daño. Con el desarrollo de años de investigaciones se llegó a sistematizar este marco teórico que acompaña a la mirada del nuevo paradigma de la ciencia, un modelo salugénico, que pone el énfasis en la salud, la prevención, en lugar del otro patogénico, cuyo acento estaba en las enfermedades y el daño.
La resiliencia no sólo describe qué características tienen las personas que no se dejan doblegar por las dificultades de la realidad, sino que también se convierte en una herramienta de prevención y de promoción de la salud en todos los aspectos: psicológico, biológico, social y cultural. Esta capacidad sólo tiene lugar si existe una interacción dinámica con el medio: un individuo por sí solo no puede tener conductas resilientes, necesita la presencia de los demás, del medio social, generalmente representado al menos por un “otro significativo”, un verdadero tutor de resiliencia que le reafirme su autoestima.
Cualquier función o rol social puede ser un generador de resiliencia, pero la escuela aparece como el ámbito ideal para que se la fomente: ¿quién mejor que un maestro y en su tarea docente para ayudar a otro a superar adversidades? Por eso fue natural el relacionar tantos años de investigación en el tema con mi primitiva profesión. Por eso el escribir el libro “Resiliencia en el aula, un camino posible” con la edición de Editorial Bonum.
Porque la resiliencia es la contracara de la impotencia actual de muchos docentes: las cosas se pueden cambiar; tiene sentido el trabajo diario, hay que abandonar actitudes deterministas porque si no el “sinsentido” de la tarea inunda no sólo el aula sino el alma. Porque cada instante puede ser mágico y convertirse en una puerta que se abre hacia el futuro, porque todos podemos resiliar, todos tenemos la capacidad de superar situaciones difíciles, sólo tiene que haber alguien que ayude a desarrollar las potencialidades.
Existen muchísimos casos de personalidades célebres que a pesar de condiciones adversas lograron rearmarse y alcanzar las metas esperadas de desarrollo y aún más. Pero también innumerables casos ignotos, simples, casi insignificantes para grandes titulares, nos hablan de resiliencia.
La evolución de la humanidad estuvo dada por “resiliencias reiteradas”.
Ésto no es nada nuevo, solo hablamos de la costumbre humana tan vieja como la de vivir: resiliar.
El origen de este término, cada vez menos raro, está en la Física, en la Resistencia de Materiales. Justamente las ciencias duras estudian especialmente cómo los metales resisten a factores externos y tienden a volver a un punto cero. Así las Ciencias Humanas importaron este concepto para definir esas habilidades que algunos hombres mostraban naturalmente ante situaciones de riesgo o de daño. Con el desarrollo de años de investigaciones se llegó a sistematizar este marco teórico que acompaña a la mirada del nuevo paradigma de la ciencia, un modelo salugénico, que pone el énfasis en la salud, la prevención, en lugar del otro patogénico, cuyo acento estaba en las enfermedades y el daño.
La resiliencia no sólo describe qué características tienen las personas que no se dejan doblegar por las dificultades de la realidad, sino que también se convierte en una herramienta de prevención y de promoción de la salud en todos los aspectos: psicológico, biológico, social y cultural. Esta capacidad sólo tiene lugar si existe una interacción dinámica con el medio: un individuo por sí solo no puede tener conductas resilientes, necesita la presencia de los demás, del medio social, generalmente representado al menos por un “otro significativo”, un verdadero tutor de resiliencia que le reafirme su autoestima.
Cualquier función o rol social puede ser un generador de resiliencia, pero la escuela aparece como el ámbito ideal para que se la fomente: ¿quién mejor que un maestro y en su tarea docente para ayudar a otro a superar adversidades? Por eso fue natural el relacionar tantos años de investigación en el tema con mi primitiva profesión. Por eso el escribir el libro “Resiliencia en el aula, un camino posible” con la edición de Editorial Bonum.
Porque la resiliencia es la contracara de la impotencia actual de muchos docentes: las cosas se pueden cambiar; tiene sentido el trabajo diario, hay que abandonar actitudes deterministas porque si no el “sinsentido” de la tarea inunda no sólo el aula sino el alma. Porque cada instante puede ser mágico y convertirse en una puerta que se abre hacia el futuro, porque todos podemos resiliar, todos tenemos la capacidad de superar situaciones difíciles, sólo tiene que haber alguien que ayude a desarrollar las potencialidades.
Existen muchísimos casos de personalidades célebres que a pesar de condiciones adversas lograron rearmarse y alcanzar las metas esperadas de desarrollo y aún más. Pero también innumerables casos ignotos, simples, casi insignificantes para grandes titulares, nos hablan de resiliencia.
La evolución de la humanidad estuvo dada por “resiliencias reiteradas”.
Ésto no es nada nuevo, solo hablamos de la costumbre humana tan vieja como la de vivir: resiliar.
Autora: María Gabriela Simpson
“Resiliencia en el aula, un camino posible”, Ed. Bonum.
http://www.resilienciasociocultural.blogspot.com/
Veamos un caso de resiliencia
Ideas para formar la resiliencia- Descargar ppt
Resiliencia y tecnología: Por un Uso Responsable de las TIC (Tecnologías de la información y la comunicación)
La resiliencia puede incluirse como mirada preventiva en acciones o programas que tengan como objetivos proteger y fortalecer a los niños y adolescentes en dicha problemática. Las nuevas tecnologías hoy son el vehículo de comunicación más usado, si la resiliencia se basa en la capacidad para relacionarse y comunicarse, no deben ser dejadas de lado.
Chicos.net en conjunto con Educ.ar; Save The Children y Google. propone un concurso que, en definitiva, genera y fomenta resiliencia frente a los peligros y adversidades que presenta el uso indebido o inadecuado de la tecnología.
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