Hogar CRECER: julio 2011
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Cutral Có, Neuquén, Argentina

6.7.11

9 de julio - Día de la Independencia argentina



Dios la fundó sobre la tierra para que hubiera menos hambre y menos frío.
Dios la fundó sobre la tierra para que fuera soportable su castigo.
Desde aquel día es para el hombre desamparado como el árbol del camino.
Porque da frutos como el árbol y como el árbol tiene sombra y tiene nidos.
Manos de amor la hicieron grande como sus cielos, sus montañas y sus ríos.
Como el candor de sus rebaños y la virtud de sus trigales infinitos.
Manos seguras en el día de la victoria y en la noche del vencido.
Tanto en el puño de la espada como en la mano y en el hombro del amigo.
Podemos dar gracias al cielo por la belleza y el honor de su destino.
Y por la dicha interminable de haber nacido en el lugar donde nacimos.


  


Dios la fundó sobre la tierra para que hubiera menos llanto y menos luto.
Dios la fundó para que fuera como un inmenso corazón en este mundo.
Mano sin tasa para el pobre, puerta sin llave, pan sin fin, sol sin crepúsculo.
Dulce regazo para el triste, calor de hogar para el errante y el desnudo.
La caridad es quien inspira su vocación de manantial y de refugio.
En las tinieblas de la historia la Cruz del Sur le dicta el rumbo más seguro.
Ninguna fuerza de la tierra podrá torcer este designio y este rumbo.
Por algo hay cielo en la bandera y un gesto noble y fraternal en el escudo.
¡Gracias, Señor, por este pueblo de manos limpias, frentes altas y ojos puros!
¡Gracias, Señor, por esta tierra de bendición y porque somos hijos suyos!

Francisco Luis Bernardez  ▽



La Independencia de nuestro país es un proceso que empezó a gestarse mucho antes de 1816. Las grandes cosas siempre fueron acunadas previamente en los sueños de sus autores antes de ver, por fin, la luz de la realidad. Fue el fruto de un largo anhelo de libertad defendido por hombres con ideas claras, honestas y lo suficientemente generosas como para exceder el propio beneficio y llegar hasta nosotros.

Desde la gobernación de Mendoza
  San Martín
"¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos... Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claro, mi amigo; si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito."
  urgía a los diputados declarar cuanto antes la Independencia, pues el momento era delicado, desde Méjico hacia el sur se estaba produciendo la reconquista a raiz del avance de los realistas.



El martes 9 de julio de 1816 en San Miguel de Tucumán el día estaba soleado. Luego de tratar el proyecto, y sin discusión, todos estuvieron de acuerdo en declarar la Independencia. Ejerció la presidencia el diputado Narciso Laprida.

El   Acta  se firmó en español y en quechua.

Ese día no hubo fiesta, pero la gente se preparaba para el día siguiente. Aquel miércoles parecía un domingo en la plaza.

Los congresales tenían que seguir trabajando. Quedaban varios asuntos por resolver. Por ejemplo, designar a Belgrano como General en Jefe del Ejército del Alto Perú. También, nombrar a Pueyrredón como Director Supremo y, esa misma tarde, éste partió para Córdoba donde lo esperaba el General San Martín para tratar un tema secreto. Esas conversaciones que duraron dos días, después se supo que eran sobre el Cruce de los Andes y la Independencia de Chile y Perú.