Hogar CRECER: mayo 2009
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Cutral Có, Neuquén, Argentina

27.5.09

Cumplió años la Patria!


Recreamos el 25 de Mayo de 1810. Después de cantar el Himno Nacional Argentino y el Himno Provincial del Neuquén, frente al cabildo mostramos los principales personajes que protagonizaron el nacimiento de nuestra Patria!












Alumnos y personal muy bien caracterizados mostraron a los papás lo que venían preparando desde hace varios días. En esta oportunidad Gabi fue el elegante abanderado, escoltado por María Eugenia y Alexis. Felicitaciones a todos!

16.5.09

Necesidades de los autistas



¿Qué nos pediría un autista?




- Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura, y no caos.

- No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.

- No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son "aire" que no pesa para tí, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces no son la mejor manera de relacionarte conmigo.

- Como otros niños, como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún modo, cúando he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a tí: me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.

- Necesito más orden del que tú necesitas, más predictibilidad en el medio que la que tú requieres. Tenemos que negociar mis rituales para convivir.

- Me resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.

- No me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme solo.

- Lo que hago no es contra tí. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¿Ya que tengo un problema de intenciones, no me atribuyas malas intenciones!

- Mi desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Tiene su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis "alteradas" son formas de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo por comprenderme.

- Las otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo y cerrado, sino simple. Aunque te parezca extraño lo que te digo, mi mundo es tan abierto, tan sin tapujos ni mentiras, tan ingenuamente expuesto a los demás, que resulta difícil penetrar en él. No vivo en una "fortaleza vacía", sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible. Tengo mucha menos complicación que las personas que os consideráis normales.

- No me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. No tienes que hacerte tú autista para ayudarme. El autista soy yo, no tú!

- No sólo soy autista. También soy un niño, un adolescente, o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños, adolescentes o adultos a los que llamáis "normales". Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.

- Merece la pena vivir conmigo. Puedo darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas. Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que soy autista, sea tu mayor y mejor compañía.

- No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.

- Ni mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es por culpa de nadie. La idea de "culpa" no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.

- No me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero no me des ayuda de más.

- No tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona autista. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor. Piensa que tu pareja tampoco tiene culpa de lo que me pasa.

- Ayúdame con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como sometido a un peso insoportable. En mi vida, he tenido momentos malos, pero puedo estar cada vez mejor.

- Acéptame como soy. No condiciones tu aceptación a que deje de ser autista. Sé optimista sin hacerte "novelas". Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación.

- Aunque me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso algunas ventajas en comparación con los que os decís "normales". Me cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales, pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos tan frecuentes en la vida social. Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo áquello que más me cuesta. Ser autista es un modo de ser, aunque no sea el común. Mi vida como autista puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya "normal". En esas vidas, podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.




Otra página sobre el tema:

¿Qué es el autismo?


Dr. Angel Rivière
Docente e investigador vocacional
Especialista en autismo

14.5.09

Informática y discapacidad



En esta página se pueden encontrar artículos muy útiles sobre el tema. Están escritos por Antonio Sacco, un Ingeniero en Sistema que como él mismo dice, “una de las actividades a la que más tiempo dedico es la investigación y desarrollo de tecnología aplicada a las necesidades especiales.”
Y lo hace con una mirada y una apertura muy generosas, al punto de “ofrecer material gratuito que puede resultar útil para muchas personas.”
Lo avala una amplia experiencia profesional, sobre todo en la ciudad de La Plata (Argentina), como así también publicaciones, ponencias y conferencias dictadas.

http://www.antoniosacco.com.ar/docum.htm

6.5.09

Visita al museo




Fuimos al museo Carmen Funes, de Plaza Huincul. y vimos los dinosaurios.
Está el Argentinosaurus Huinculensis, que es el dinosaurio herbívoro más grande que se ha encontrado.
También hay una réplica del Giganotosaurus Carolini. Éste era carnívoro y fue hallado acá cerca también, en El Chocón.
Al terminar el paseo posamos para la foto.

Optimismo y pesimismo


El tipo se hace, por lo general, pesimista, a fuerza de ir viendo lo que les pasa en la vida a los optimistas.
Hay un optimismo capaz de producir pesimismo y es el de los optimistas que enajenan el presente, que desatienden la hora en que se vive a fuerza de anticiparse un futuro prodigioso de esa hora.
Aspirar a la plenitud, es un medio de conspirar contra ella. Quien aspira a mucho, en efecto, siempre se siente defraudado por lo que pudo, luego, conseguir.
Cada hora de la vida tiene una riqueza, un significado y un sentido. Cuando
el tipo no aprovecha esa riqueza, no advierte ese significado, no entiende ese sentido, ha sufrido una pérdida que ya con nada podrá compensar.
No es optimismo auténtico el de quien espera confiado a que la realidad llegue a tener el tamaño de sus sueños: lo es, en cambio, aquel capaz de vivir su sueño como una realidad.
Esperar a que una ilusión se realice, es una falta de respeto para con la ilusión.
Esperar a que se transforme en una cosa que pueda tocarse o guardarse en el cofre-fort o ponerse en la heladera, es quitarle a la ilusión sus valores más ciertos y su gracia más diáfana y su gloria más pura.
Es confundir a la ilusión con un pagaré.
Dicen los pesimistas que no puede haber felicidad completa, porque están aburridos de ver la decepción de los optimistas que creían que podía haberla.
Pero es que la felicidad no es nunca una cosa hecha:
se va haciendo.
No se trata de que el tipo piense, edificado, en que llegará a ser feliz: se trata de que, lúcido, vaya siendo feliz.
A cada momento el tipo está llegando a algo. Lo malo es que no se da cuenta.
Nada de lo que pasa, pasa. Todo se hace nuestro.
Y
el tipo, que siempre quiere apoderarse de todo ¡nunca sabe ser dueño de nada!
La felicidad no pude estar al final de ningún camino: debe
ir estando en el camino.
No es, nunca, una cosa hecha: es intención y referencia, es conciencia y fé.
No busca el camino hacia una cosa: se hace, entre las cosas, un camino…
Todo momento es algo, todo paso es una decisión.
Cada latido es un regalo.
Por no haber entendido eso tuvo que confesar, allá en sus años viejos, la Marquesa de Sevigné
:
- “¡Qué feliz era yo en aquellos tiempos en que era infeliz…!”
Libro: "El gusano loco"
Autor: Wimpi

Castillo de naipes


El esqueleto es no solo una obra maestra de arquitectura, sino que, también, la prenda más durable de cuantas se le concedieron al tipo para caracterizarse como protagonista de la vida.
Impresionan vivamente, por ejemplo, la solidez y la gracia de la columna vertebral. Su leve forma de “S” constituye la más discreta y fina solución al problema del equilibrio que se le presentó a un ser cuya estructura no estaba calculada para que anduviese parado.
El tipo, en efecto, se enderezó a última hora.
Y el orden de sus vísceras era inadecuado para la posición erecta. Pero la columna vertebral resolvió el conflicto que él se creara incorporándose.
Sus curvaturas –y su flexibilidad y su reciedumbre- le permiten
al tipo atarse los zapatos, levantar al nene, lavarse los dientes, mover la cabeza como un sillón de hamaca meciéndola sobre la articulación del atlas para decir que “sí” cuando le preguntan si quiere más gató, o hacerlo girar entre el atlas y el axis para decir que “no”, sin que lo oigan, cuando le preguntan si está contento.
Desde la bóveda del pie, que amortigua el traqueteo, siguiendo la pierna hasta la rodilla –que dio origen al bandoneón y permite destapar botellas-, y de ella, muslo arriba, por la cadera, el costillar, el cráneo, todo está dispuesto para el usufructo de la posición vertical, con la levedad y la gracia de un castillo de naipes.
Sin embargo, pese a esa levedad, a esa frágil apariencia de su esqueleto,
el tipo pueda cargar bolsas, llevar a otro a babucha y jugar a las bochas sin que el castillo se le deshaga.
El esqueleto es jaula, percha y caballete: todo en uno.
Se ha dicho que el hombre es hombre por la cabeza y por la mano.
Lo es más, empero, por la mano que por la cabeza: hay muchos que no piensan, y lo mismo agarran. Y otros que únicamente piensan en agarrar.
La mano es el primer ensayo serio de técnica. No sólo basta con poner el dorso hacia arriba y mover los dedos hacia abajo para llamar, sino que, lo que es mucho más importante, basta, asimismo, con poner el dorso hacia abajo y mover los dedos hacia arriba para despedirse.
El codo es sorprendente. Cuando
el tipo serrucha, rinde como una charnela, que es la articulación característica de la navaja de afeitar. Permite la realización de mil trabajos porque se adapta al esfuerzo, responde a la exigencia, cede en su quicio.
Es mediante el recurso del codo que
el tipo puede dar vuelta las hojas de un libro, trabajar de mótorman, tocar la guitarra y subirse a los árboles. Lo clava y se abre paso, lo apoya y descansa, lo empina y se alegra.
Cuando
el tipo se pone en cuclillas para enchufar la lámpara de pie, para recoger la moneda o para acomodarle el fuego al asado está aprovechando un mecanismo en cuya preparación trabajó la naturaleza millones de años.
El que pudiendo agacharse se queja, es un desagradecido.
Libro: "El gusano loco"
Autor: Wimpi

A jugar con el monito!